Tal vez mi vida se resuma en carpetas, en grupos de personas, sitios, días o momentos. O un conjunto de todo eso.
Tengo muchos recuerdos, que me hacen recordarme como soy, quien soy y todo lo que me hace tener mi personalidad.
En gran parte, creo debérselo a mis amigos, a esas personas tan maravillosas, que están día a día conmigo, o tal vez no, pero que en algún momento lo han estado y eso lo valoro muchísimo. Gracias a vosotros puedo sonreir, puedo pensar que nunca estoy solo, o mal acompañado.
Pero luego están aquellos Excedentes.
Son esas personas que viven abandonadas, sin personalidad alguna y que viven de desagradables emociones mientras no dejan vivir a los demás. Que viven de desgracias y muchas veces las provocan. Ya conozco a muchas de esas personas, y nunca me agrada verlas, ¿A quién le iba a agradar perder su tiempo? Muy fácil, a aquellas personas ingenuas, como yo, que no les conocen y los toman como verdaderos amigos, pero luego no son lo que esperabas.
Esas personas yo las llamo excedentes. Porque nadie las necesita y siempre están de más.
Quiero recordar esto como el momento en que me liberé, en el que dije muchas cosas de las que pienso, aunque siempre vaya a haber más.
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